Era la primera vez que accedía a esta terapia. No conocía a nadie que me transmitiera confianza para entregarme a esta experiencia. Con Patri surgió un espacio de muchísima confianza como si fuéramos amigas de toda la vida. Se dió un entendimiento muy profundo entre las dos que me dió la seguridad para relajarme y acceder a la información que mi alma estaba dispuesta a brindarme. Fue un proceso de varios encuentros, donde pude sumergirme en mis memorias. Esos recuerdos que no tienen espacio y tiempo definido pero que estaban operando en mi. Hacerlos conscientes me permitió darle un sentido. Ordenarlos para asumir una posición de vida. Restaurar esa memoria fue una confirmación sobre aspectos que ya intuía previamente y no me animaba a explorar abiertamente. Agradezco la paciencia, la semblanza y la ternura de Patricia para acompañarme en este proceso tan íntimo conmigo misma. Verme y sentirme desde un lugar tan especial es una caricia para el alma. Gracias Patri por tu generosidad y tu entrega total a mi experiencia!